«Busco trabajo y no me contesta ni Dios» EJEMPLO PERSONAL

Lo frustrante (pero fructífera) que puede ser la búsqueda de trabajo en el mercado de la traducción.

Josu Basterra

11/6/20242 min read

«Busco trabajo y no me contesta ni Dios»

Esa es la respuesta más habitual que suelo obtener cuando le pregunto «¿Cómo te va?» a la gente que está buscando trabajo de traducción.

Y es que lo más común es estar mandando correos durante uno, dos, tres o cuatro meses y no recibir respuesta alguna.

En muchos casos, eso puede ser frustrante, y al final uno puede pensar «Y todo esto, ¿para qué?».

Sin embargo, hay algo muy importante a tener en cuenta (y que no suele mencionarse en ninguna facultad de traducción): EN NUESTRO MERCADO, LA DEMANDA ES CÍCLICA.

¿Y eso qué quiere decir?

Pues que si yo soy traductor especializado en paleontología, y escribo a un museo ofreciendo mis servicios de traductor especializado, seguramente

ese museo

en ese preciso momento que yo le escribo

NO va a necesitar mis servicios de traducción paleontológica.

PERO…

EN UN FUTURO PUEDE QUE SÍ.

Es decir, puede que nosotros le estemos mandando y ofreciendo nuestro currículum y servicios a alguien en —imagínate— febrero, pero que ese alguien no reciba un trabajo acorde a nuestras capacidades hasta un tiempo después.

Y aquí es donde entra mi EJEMPLO PERSONAL.

(Te lo cuento rápidamente, que esto lo tienes que leer en menos de dos minutos)

Hace unos 6 meses —allá por marzo de 2023—, me salió una de estas típicas ofertas de trabajo en LinkedIn, en la que se decía que una agencia grande de traducción andaba buscando traductores de castellano (un mercado que, por cierto, hoy en día escasea).

Yo, como siempre habitúo a hacer, me puse en contacto con ellos y les mandé un correo electrónico en el que explicaba lo típico (quién soy y a qué me dedico, mi currículum, porfolio…). Después, lo mande a la carpeta de «Seguimiento» para no perderle la pista a la conversación.

Pasaban los meses: abril, mayo, junio, julio… No contestaba ni Dios, ni un simple «Gracias por ponerte en contacto con nosotros».

(También te digo, es lo habitual [que no lo normal])

Pero, de repente (de repente = seis meses después), la última semana de agosto, recibí respuesta.

Me dijeron que muchas gracias por mandar el correo y me preguntaron a ver si estaría dispuesto a hacer una prueba de traducción para un proyecto bastante importante.

Así pues, hice la prueba, la aprobé y a día de hoy —sin quererlo ni beberlo— me encuentro traduciendo a castellano sinopsis y descripciones de contenido audiovisual para la plataforma de contenido audiovisual más mainstream del mundo (es justo esa, la que te ha venido la cabeza).

Para resumir (que tampoco quiero meter aquí una chapa del horror), quería mencionar que el que siembra, tarde o temprano, suele acabar recogiendo.

¿Qué te ha parecido el artículo?

Tanto si estás de acuerdo como si no, me encantaría saberlo 😊.